13 mayo 2007

La Ley de Gravitación Universal (por Marguita)

Tenía pendiente desde hace tiempo postear sobre mis experiencias personales con una dichosa ecuación, ,ecuación que ha marcado mi vida y mi cuerpo (todo hay que decirlo) desde muy pequeña. Para quien no la conozca, esa ecuación formulada por Newton es la que nos hace caer, la que nos impulsa a estar lo más cerca posible del suelo y una vez allí lo más cerca posible del centro de la Tierra. La única esperanza que nos queda es pensar que la Tierra tampoco se salga de esta condena y está encadenada, por este mismo tipo de fuerza a su querido Sol. Pues bien, empecemos a hacer memoria y a contar las caídas más relevantes de esta corta, pero intensa existencia.

La primera vez que me caí, apenas tenía 3 meses me dirigí desde el centro de la cama de mis padres al suelo. El resultado fue un gran susto para mi madre y algún chichón y una bursitis de cadera que tardó un mes y medio en desaparecer. Me quedé con una piernecilla encogida en plan flamenco durante todo ese tiempo!!

Después de eso, la siguiente así gorda creo que fue cerca de los 4 años, en el parque del Salón de Granada, mi madre embarazada y a punto de dar a luz a mi hermana, me llevó allí para que desfogara un ratiyo y es que de chica no podía parar quieta. Me subí a lo alto de las anillas (unos 2,5 metros) y al grito de mamá me tiro, me solté y caí al suelo. Esa vez me quedé inconsciente y por poco sin madre ni hermana, porque os podéis imaginar como estaba mi madre al verme en el suelo medio muerta. Si no recuerdo mal (de lo que me hayan contado claro) me parece que esa fue también la primera vez que me rompí la barbilla.

Hablando de la barbilla, me la he roto 3 veces (en dos de ellas, tuve la delicadeza de hacerlo por el mismo sitio con lo cual cicatrices sólo tengo dos). La última vez que me la partí sí la recuerdo, estaba en un parque en Carboneras jugando, y me comí un barrote de la plaza, pero esa tampoco tiene mucha emoción, quizás sólo el privilegio de ser la primera “mataura” que recuerdo, podría tener 3 años.

Avancemos un poco, hasta los 5 o 6 años de edad, estaba en Tíjola viviendo y había un chaval en mi clase que tenía amargada a una amiga mía. En realidad no era mi amiga, pero estaba en mi clase y estaba harta de ver como se metía con ella y le zumbaba, así que en el recreo me metí yo en medio. En un acto medio heroico medio inconsciente, porque el tío nos sacaba a “mi amiga” y a mi un par de cabezas, la defendí y conseguí que la dejase en paz. Eso sí, porque a mi me tiró contra una escalera y del golpe me abrió la cabeza. La profesora vino, lo castigó (por eso que ya la dejase en paz) y a mi me llevó al médico del pueblo y el tío cafre en vez de ponerme puntos, como no sabía / quería suturar, puso a mi madre (que vino corriendo) y a mi profesora a hacerme trencitas en el pelo para unir así los dos trozos de carne. Gracias a su forma alternativa de entender la medicina ahora tengo una cicatriz enorme.

En mi época de colegio, lo normal era estar 15 días con escayola, 15 días sin escayola. Quien dice escayola dice venga, férula o cualquier otro artilugio adosado a una parte de tu cuerpo que te impide ducharte y rascarte a gusto. Pero no recuerdo ningún “viaje” así monumental.

Así que pasaremos a la época del instituto, donde me he pegado la mayoría de mis “guarrazos” gracias a esa cosa “sana” que son los scout. ¿Sana? Y un carajo, me he llevado más “leches” en los scout que en toda mi vida, eso sí me lo paso de escándalo y si no fuera porque a mi edad ya no puedo ni moverme, las repetiría. Lo malo de todas estas “piñas” es que te las das en sociedad y luego el resto del mundo se encarga de repetírtelas año tras año, te acuerdas de…

Pues aquí van unas cuantas, quizás lo mejor es clasificarlas como lo harían en urgencias:

Fracturas, esguinces y demás problemas traumatológicos:

El único festival de la canción provincial que se ha realizado en Almería en los últimos 12 años, nos juntamos 5 grupos y yo junto a un amigo era la encargada de presentar el festival. Media hora antes de empezar, estaba subiendo el metro y medio que tienen las gradas del anfiteatro de la rambla, sujetada por las manos de uno de los de mi grupo (Pepillo, cuando me acuerdo me dan ganas de matarte). Al pobre le sudaban las manos y a mí creo que más de los nervios y el resultado fue que caí de espaldas contra el suelo. En el último momento para no partirme la columna puse las muñecas y sobra decir que me las destrocé, presenté el festival con una muñeca del tamaño de dos y encima todos lo vieron….

La siguiente vez que nos juntamos todos los grupos de Almería, fue en una asamblea para el foro federal. Esta vez, en un parque alejados de gradas y anfiteatros, decidimos jugar al puente moro (la garrapata o el virus para otros). Para no explicar el juego, os dejo un enlace de unos amigos jugando y os cuento que cuando me tocaba saltar a mi quedó un hueco entre todas las cabezas por lo que salté y caí por el hueco luxandome el hombro y haciendome mierda la muñeca recién salida de la “torta” anterior.

Quizás esas sean las más representativas de esta sección de mi paso por el escultismo. Si además mencionamos que era deportista, tenemos también para todos los gustos….

Piñas con los patines: puede que sólo a una cabra loca como yo, se le ocurra ponerse los patines de línea de su hermana, sin haber patinado nunca con unos cacharros de esos y se va cuesta abajo toda la rambla de Almería hasta llegar al paseo marítimo. Con más suerte que un tonto, consigo llegar a la playa con todos los semáforos en verde o sin coches, de forma que no tuve que parar. Al llegar al paseo marítimo encuentro a mi amigo Oscar montando en bici, se para y me voy a parar a su lado. En ese momento descubrí dos cosas, la primera que los patines de línea sólo tienen un freno y la segunda que lo tienen en el derecho y yo soy zurda. Así que caí todo lo largo que soy (tampoco es mucho, lo sé) frente a él, aterrizando con la boca en sus pies. E l cachondeo que tuvo conmigo prefiero no describirlo.

Después de eso, decidí comprarme mis propios patines, con el freno en el pie izquierdo. La culpa no era mía por no saber frenar, claro, sino del patín de mi hermana que no estaba bien hecho y tenía en freno donde no debía. Un día, tras salir de clases particulares (esta fue en primero de carrera, estudiando para septiembre). Cogí mis patines y con el bolso lleno de libros, apuntes y las zapatillas que me acababa de quitar, me fui a patinar nada más salir de clase. Cada vez más rápido, me recorro el paseo marítimo hasta el final, giro y vuelvo por donde había venido. Al llegar a la pista de patinaje que hay justo al principio, me subo y me pongo a dar vueltas. En una curva pillo arena, se me va el patín, el bolso en el que llevaba se me viene hacia delante cayendo yo encima suya. Con el bolso a la altura del pecho, la curva que describía mi espalda al caer de boca era demasiado pronunciada para lo que las vértebras dan de sí, me golpeé la cabeza y me partí una costilla. Lo más doloroso, ver como se te acerca un enano de unos 3 años y te dice…”Te has caído!!”. Para encima llegar a casa medio muriéndote y encontrarte sola y que al día siguiente cuando te despiertes tu padre en vez de llevarte al médico, se enfade porque no quieras ir a la playa a tomarte una paella con él.

No han sido las únicas, pero sí las más escandalosas. A parte de los patines, también tengo un buen número de cicatrices y huesos rotos gracias a las caídas en bici. La última como ya sabéis los que me soléis leer, este septiembre, de la cual aún estoy recuperándome y por culpa de la misma me da miedo montarme en cualquier cosa que lleve sólo dos ruedas y que tenga que girar.

Viendo que esto se alarga, dejemos ya la sección de trauma y pasemos a la de dermatología. Mi piel ha tenido tanto o más estragos que mis huesos, espinas, zarzas, cañas, piedras, cristales, todo lo que se pueda incrustar se incrusta en ella. Una vez deslizándonos con unas amigas por unas rocas calizas me quedé incrustada en una zarza y menos mal que lo hice, porque al desviarme, me iba de cabeza a un cortado en medio de la roca, así que me pinché lo más grande, pero esa zarza me salvó la vida. La vez que más ha sufrido mi querida epidermis, fue cuando me tiré de una tirolina (realizada por mi) con una pendiente bastante considerable. Tanto que un poco más y no les da tiempo a frenarme y me estampo contra el árbol. El caso es que como resultado me quemé la oreja (de tocar el mosquetón, que un poco más y se desintegra) y bajo la bota tenía una quemadura de tercer grado que tardó gracias a los potingues naturistas de mi madre mes y pico en desaparecer de mi pierna. Eso sí, a su favor he de decir que ahora ni tengo cicatriz ni pelos en esa zona.

Y creo que va siendo hora de despedirse, seguro que conocéis más caídas mías, así que os animo a contarlas….

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno aqui el Doctor House ... te voy a hacer un diagnostico diferencial, que en medicina se utiliza mucho para saber los motivos u/o reacciones que conllevan a lo que le pasa al paciente.

A mi parecer ... despues de este laaaargo historial de caidas, tropezones, hostias, guarrazos, tortazos, caidas, despistes, mandibulas rotas, boca din diendes y piernas sin subsanar, Señorita Marga usted esta mas sana que una Lechuga !

Yo no e sido persona de muchos golpes, pero leyendo tu gran articulo me duelen hasta a mi.

Las caidas te enseñan a intentar ser prudente y digo intentarlo porque a veces uno se flipa y se le va la olla y hace locuras, no somos los de Jackass pero lo parecemos, yo una vez en bici hice una maniobra prohibida entrando por una calle y el coche de detras sin haberme visto me pego un porrazo y me dejo varios moratones y la rueda de detras reventada y deformada :S

Porfin se me curo la pierna despues de 4 caidas en la misma rodilla derecha que ya tantas cicatrices tiene y creia curada pero no, volvi a caerme jugando al futbol, haciendo un amago de pase de tacon, y yo en el suelo. Me pondre una proteccion para la siguiente vez.

Me acuerdo la primera caida jugando al futbol, crei que no me volveria a levantar, me vino un balon alto, cuando iba a recibirlo lo pise, sin querer me subi en el y cai de espaldas con los ojos cerrados, para mi pasaron los segundos mas angustiosos sin poder ver hasta que abri los ojos y el dolor me tenia retorcido y llorando en el suelo con la pierna derecha inmovil, los compañeros me levantaron como pudieron ... intentamos llamar a una ambulancia pero fui en coche hasta el trabajo de mi padre y alli le dije que me llevara para el ambulatorio para que me vieran la pierna pero al final nada de nada, 2 semanas en casa con paños calientes ... a saber si me hubiera roto algo.

En fin yo me excedi con mi articulo que no quiero quitarte protagonismo :P

Como te dije, veras que todo sale a pedir de boca y te curas :D Soy Brujo ;)

Besotes y Abrazos. Ya queda menos :D

MaNu.

Milagros dijo...

Bueno, Marguita...somos del mismo club. Date una vuelta por mi blog si te provoca y mira mis caidas. Estamos hermanadas en el tema. Aunque creo que tu me llevas ventaja.

Besos mil

Milagros

Manu dijo...

Mejor no me animes a contarlas que podría llenar muchas páginas con la innumerable lista de cachiporrazos que te has dado (y eso que algunos de los que has numerado no conocía).
Yo interpretaría la ley de Newton de otra forma. Pensemos que estamos compuestos de masa que atrae los golpes. En ese caso tú serias como una estrella, atraes muuchos más golpes que el resto de los cuerpos. No solo grandes sino también pequeños, por poner un ejemplo: el otro día cuando ibamos por la calle y un niño te clavo una espada de juguete! Son cosas que al resto no nos suelen pasar, aunque nos hayamos partido más huesos, nos hayan operado o sufrido más esguinces, tú llevas más cacharrazos encima.

Esperemos que tú masa decrezca de aquí en adelante :p.

Un BeSaZo ApReTaO!!

Anónimo dijo...

P'HABERNOS MATAO!!!!!!! dios..... te igualo en la barbilla, y la muñeca, amen de la costilla, que bueno, yo no me la rompi al caerme con los patines, sino en 7 de EGB jugando a ver quien tumbaba un algarrobo a base de pegarnos contra el...si, ya, muy inteligente no era...pero soy de pueblo...peeero tengo una lesion espectacular que seguro que no igualas!!!! Yo me fisure el esternon!!!! si si si, 5 dias en la cama sin poder moverme...
Aaaaaa, y una gracia, cada vez que voy al medico y pregunta sobre enfermedades pasadas, el menda a tenido la "suerte??" de pasar las Fiebres escarlatinas..jajaj, la cara del medico se descompone cuando se lo digo..jajajaj, bueno otro dia te cuento mas, ke yo tb tengo!!!

Marguita dijo...

* Manu: no te preocupes, es bueno saber que no eres la única cafre que anda suelta por ahí. Además prefiero no ser el centro de atención así que puedes robarme todo el protagonismo.

*Milagros: este post se me ocurrió leyendote. Creo recordar que en su momento, te comenté que algún día debería escribir yo un post similar al tuyo. Sí, estamos hermanadas, todos los golpes van para nosotras.

* Manu: ya se me había olvidado lo del chaval con la espada!! Tienes razón si es que todo me pasa a mi. Pero bueno, a estas alturas ya he asumido que soy la Pupis y lo llevo con orgullo, mejor gritarlo a los 4 vientos que esconderlo, no?

* Biel: no, yo por ahora el esternón lo tengo enterito y de las fiebres esas, no tengo ni idea ni de lo que son. Pero al nacer, una enfermera loca entró en mi cuarto y me puso la vacuna de la tuberculosis. Así que conozco la cara que te ponen los médicos, porque a mi me toca pelearme para decirles que sí, que yo tengo puesta una vacuna que hace más de 30 años que en España no se puede poner... es lo que hay :P

Un besazo a todos y gracias por hacer terminado de leer mi minipost

mara dijo...

jejejeje

Marguita no se te olvide la vez que fuimos con los patines y te pegastes un guarrazo bajando la rotonda xDDDD

Me encanta este post, jejejejejeje

Bueno como todos yo he tenido bastantes caidas, por suerte (y toquemos madera) tengo los huesos de lobezno y nunca se han llegado a romper, pero en el resto de mi cuerpo siempre hay moratones y heridas, los moratones es un expedinte x, lo de las heridas es por ser torpe en la vida xDD

Besosss y animo wapa que no hay guarrazo que pueda contigo

Old.Urobros dijo...

Hi!

Jejejeje... Si es que esto de las caídas, golpes, heridas, etc. Acompañan al ser humano desde que nace y en especial durante la infancia-adolescencia.

Reconozco, y toco mucha madera al respecto, que yo he tenido pocas lesiones, golpes o heridas a lo largo de mi infancia-adolescencia, siendo las más chungas ya de mayorcito y en las situaciones más tontas y casi sin comermelo ni bebermelo. Por no tener no tengo ni una herida en la barbilla por golpes (no obstante desde que me afeito :( no le faltan las cicatrices a mi menton)

No obstante atesoro muchas anectotas de caídas, especialmente en bici, pero en las que he tenido muchísima fortuna ya que eran "pa haberme matao" pero no me hice "na de na"... Algún día contaré alguna, pero por ahora con las tuyas he tenido bastante... jejeje.

Nada, más, bye.

PD: A cuidarse, eh!?

Marguita dijo...

* Mara: NO me acordaba yo de ese piñazo!! Dios, que caida más tonta esa y el daño que me hice. ¡Gracias por hacerme reir con el recuerdo y es que mira que soy patosa!

*Urobros: Pues cariñín, me parece que tus tortas me las he llevado yo y si te sirve de consuelo todos nos hemos llevado algún tajo acicalandonos alguna vez en la vida!!

Anónimo dijo...

Mi TeoRía: Cuando se forma una familia, se le asigna un número de tortas, guarrazos, esguinces en la vida, normalmente se reparte entre los hermanos y todos se llevan de todo un poco...Ya sabes que eres la primogenita y la preferida, y te las llevaste todas!
Mis huesos son lo más fuerte que tengo.. no se si te comente que este año me pillo un coche, pues que hice? me levante y segui caminando...Mis huesos son de hierro!

Marguita dijo...

Serás... anda wapa, pon el nombre y no te escondas o es que tienes miedo de que te rompa algo... ?

Por cierto, no sabía lo del coche.Si es que vas como una loca!!

Migue dijo...

Joder niña :S No sé como aún te andas entera... :S XD

Anónimo dijo...

Si no me equivoco en aquella caida jugando al puente moro, er menda estaba presente (y menuda caida) y tengo fotos posteriores con tu brazo dolorido y aun así no perdias la sonrisa.
Pero quien no se ha caido algunas vez (yo el primero), y lo bien que lo pasamos recordando tortazos y caidas tontas.
Un saludo rubia!!!

Marguita dijo...

Vaya sorpresa!! A ti si que no te esperaba. A ver cuando nos vemos, un besazo