29 julio 2007

...siempre llega la calma


Después de tanta rabia, la calma poco a poco vuelve a instalarse en mi interior sumergiendome en un estado de enamoramiento que no puedo entender.

Es confuso sentirse enamorada y no saber muy bien de quién...

26 julio 2007

Tengo el pelo...


Tengo el pelo tan enredado como el alma, lo que se presentía desde el verano pasado como el mejor año de mi vida ha pasado a ser una constante vuelta de tuerca, que no se donde acabará, pero que en cualquier caso está acabando conmigo.

El sol y el mar castigan mi pelo haciendo que se vuelva áspero y salvaje, podría imaginarse uno tocándolo que acaricia la melena de un león, duro, seco y enredado de las continuas aventuras bajo el cielo africano.

De la misma forma, estrellarme una y otra vez contra padres, profesores y la sociedad de consumo han enredado mi alma a semejanza de mi cabello ( aunque puede que éste sólo sea el reflejo de la primera). Con los nervios crispados y el corazón revuelto contra todo lo que se dirija contra mí. He sido incapaz de expresarme por escrito en todo este tiempo.

Como don Quijote he luchado contra Molinos de piedra inquebrantables que se creían molinos capaces de dictaminar su ley, que cerraban sus puertas al sentirse atacados y ponían en movimiento sus aspas, con toda la fuerza posible intentando alcanzar con ellas al enemigo y mandarlo muy lejos de allí.

He luchado y peleado con todas mis fuerzas pero he perdido y al llegar a casa, esperando el cobijo y la comprensión de la familia he encontrado que la guerra también debía librarse allí y ya sin fuerzas, sólo me quedó la opción de encerrarme en mí misma y esperar que cambiase el viento, que con el tiempo se enfriase la sangre que hervía en mi interior. Incluso ahora, que por fin tengo suficiente coraje como para expresarlo por escrito lo hago con la mandíbula apretada, con la mente alterada y los ojos ardientes como el sol. Porque sigo sin entender porque la gente prefiere hacer fácil lo difícil, se niega a ayudar al necesitado y porqué siempre se me junta todo.

Me siento como un perro herido que a base de tantos palos ya no tiene lugar para el odio o el dolor. Lo bueno es que si no me sacas el tema... tampoco estoy de mal humor.