Llevo 3 o 4 días "paseando" por mi querida ciudad, Almería, la amada, la que tanto he echado de menos desde la gélida Granada. Pues bien, por fin después de una semana de encierro (poco más o menos) en la torre del castillo (léase la casa de mi abuela), por fin llega el ansiado día en el podré volver a ver el sol, los pájaros, las aves... Un momento, me estoy pareciendo al cuento de Blancanieves y Almería no tiene nada de eso... Empezamos de nuevo.
...Por fin llega el maravilloso día en el que podré volver a la calle, en mi silla de ruedas me dispongo a cruzar el umbral que me separa de la libertad, la lluvia, los trancos en las aceras, los agujeros en aceras y asfalto, los coches aparcados en frente a las rampas, más lluvia, el viento... me encanta mi ciudad, pero me he dado cuenta que Almería no es para nada una ciudad accesible, no puedo moverme libremente yo sola, necesito alguien que me ayude a subir a las aceras y las rampas que sustituyen las escaleras, suelen ser tan empinadas que creo que la silla necesita cadenas o crampones para poder subirlas.
Lo mejor, viene cuando después de usar toda tu fuerza, la de tu amigo y la de una vecina del edificio al que piensas entrar, te metes en el ascensor y te das cuenta que queda media silla fuera, que físicamente es imposible que la silla entre desplegada y conmigo encima porque
las dimensiones de la silla son bastante mayores. Con la cara de tonta me toca levantarme y a mi querido acompañante Juaniko, doblar la silla y meterla inclinada. Los tres pisos que nos separan de la casa de Justo, los pasamos entre risas e indignación... que yo dentro de lo que cabe, ya puedo mantenerme en pie, pero hay mucha gente que no puede hacerlo.
Por ahora de la lista esa que posteé hace tiempo aún no he hecho nada, pensaba que la recuperación sería más rápida y en mi casa, aquí apenas puedo hacer la mitad de lo que quería, pero ya salgo a la calle y me mojo como los demás, voy a las reuniones de grupo y juego al pilla-pilla con los lobatos. Poco a poco esto va mejor.
...Por fin llega el maravilloso día en el que podré volver a la calle, en mi silla de ruedas me dispongo a cruzar el umbral que me separa de la libertad, la lluvia, los trancos en las aceras, los agujeros en aceras y asfalto, los coches aparcados en frente a las rampas, más lluvia, el viento... me encanta mi ciudad, pero me he dado cuenta que Almería no es para nada una ciudad accesible, no puedo moverme libremente yo sola, necesito alguien que me ayude a subir a las aceras y las rampas que sustituyen las escaleras, suelen ser tan empinadas que creo que la silla necesita cadenas o crampones para poder subirlas.
Lo mejor, viene cuando después de usar toda tu fuerza, la de tu amigo y la de una vecina del edificio al que piensas entrar, te metes en el ascensor y te das cuenta que queda media silla fuera, que físicamente es imposible que la silla entre desplegada y conmigo encima porque
las dimensiones de la silla son bastante mayores. Con la cara de tonta me toca levantarme y a mi querido acompañante Juaniko, doblar la silla y meterla inclinada. Los tres pisos que nos separan de la casa de Justo, los pasamos entre risas e indignación... que yo dentro de lo que cabe, ya puedo mantenerme en pie, pero hay mucha gente que no puede hacerlo.
Por ahora de la lista esa que posteé hace tiempo aún no he hecho nada, pensaba que la recuperación sería más rápida y en mi casa, aquí apenas puedo hacer la mitad de lo que quería, pero ya salgo a la calle y me mojo como los demás, voy a las reuniones de grupo y juego al pilla-pilla con los lobatos. Poco a poco esto va mejor.
7 comentarios:
Buenas de nuevo, wapa.
¿Y lo bueno de ver que te enfrentas a nuevos retos y, dolor de rodillas a parte, ves como eres capaz de superarlos? Realmente tienes la oportunidad de ver la ciudad desde otro punto de vista y yo me permito casi unirme por la parte que me toca cuando soy el chófer. Entre esto y la web para los sordos vamos a recorrer todas las "deficiencias" a este paso. Me ofrezco cortesmente para ser el próximo damnificado, pero que sea poco tiempo, por favor. Un besazo y animo, que sabes que nos tienes para lo que sea.
Pd: Gracias por guardar el anonimato de mi piso ;)
Jejeje... lo de ofrecerse como próximo damnificado es que quieres probar tu la silla o como va eso?
Ya se que estais siempre ahi, pa lo que sea. Como la patrulla Kanguro, "los mios antes que yo"
Pues si, fue una sensación extraña. Al fin al cabo queda como una anecdota, el verdadero "poema" lo tienen los que se tienen que enfrentar a esas barreras diariamente.
y como querido acompañante, decirte que toda ayuda es poca, simplemente por verte sonrier (casualidades de la vida, ahora mismo ta sonando esa cancion de la fuga, jeje).
Un besiko.
Juan...me ha encantao tu comentario y es que poemas poemas tenemos tos, pero el poema poema... ya sabemos toso cual es.
Un besazo chulo!
¡Hola princesita!
Me alegra leer que vas mejorando aunque sea poco a poco :)
Esa perspectiva que estás teniendo me da que, aún cuando te podías hacer una idea de como estaban las cosas cuando ibas a dos patas, se ha vuelto aún más acentuada. Y sí, es que muchas ciudades (al menos en España) están poco adaptadas (tristemente no es feudo exclusivo de Almería) Ojalá los que debiéran ponerle remedio se diesen cuenta...
En otro orden cosas: ten paciencia que las cosas requieren su tiempo o, dico de otro modo: "tardará lo que tenga que tadar" XD
Venga, ánimo que luego serán 2 días, aunque ahora parezcan muy largos...
Bye.
Besillos (pero sólo algunos, ¿eh!)
Perdona Guille, que no te contestase pero es que he estado muy ocupada ultimamente escaneando fotos y se me había olvidao casi que tenía un blog. Hoy he hecho ya una laaarga ruta por Almería (desde casa de mi abuela a la Puerta Purchena) vamos unos 5 minutos andando y luego la vuelta que es cuesta arriba. Aún molesta andar, pero ya duele menos, así que parece que esto empieza a mejorar.
¡Hola linda!
No problem XD Como ya te he dicho en otras ocasiones, "despacito y con buena letra". Y ya sabes: "no se hizo Zamora en una hora".
Me alegra leer que ya vas andando y el dolor, aunque presente, remitiendo. De aqui a nada, a saltar la comba y a gastar rodilla.
Un besazo, cuídate princesita...
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